India

Si hubiese que definir a la India con una palabra esa sería sin duda color. El color de las especias, de los saris, de los templos. El color de un país que avanza como un elefante, que sigue su camino escribiendo una historia única y propia. La India no es sólo el segundo país más poblado del mundo, es el origen de casi todo. Allí nacieron cuatro de las más importantes religiones del mundo: el hinduismo, el budismo, el jainismo y el sijismo; y allí acabaron llegando todas las demás religiones. Y de todas ellas nacen las distintas culturas que salpican sus más de tres millones de kilómetros cuadrados de superficie.

En el valle del Indo dieron comienzo las grandes rutas comerciales de la civilización y los primeros grandes imperios de la historia humana. El propio Alejandro quedó prendado de este país que encoge el alma y se engancha a la memoria de todo el que lo pisa. Imposible de olvidar, la India es un lugar que no suelta nunca al que lo conoce. Pero no se acaba la historia de este enorme país hace siglos. Y es que también es esta la nación de Gandhi, el lugar donde la no violencia surge como arma de lucha social, como declaración de principios. El sitio donde los descastados comenzaron a tener voz dando ejemplo al mundo y hacia donde todas las miradas se vuelven cuando la lucha contra la injusticia surge en algún lugar del globo. Sólo el que allí ha estado puede intentar explicar lo que es la India. Aunque el viajero ocasional sólo sea capaz de empezar a imaginar lo que significa este país, ese viajero ya ha empezado a entender lo que puede llegar a ser. Describir India a quien no lo conoce es imposible. Sólo hace falta conocerlo.

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